La Corte Suprema de Justicia enfrenta un nuevo episodio de tensiones internas. La magistrada Cristina Lombana, miembro de la Sala de Instrucción, presentó un extenso oficio ante el Comité de Convivencia Laboral de la Corte, denunciando que su compañero, el magistrado César Reyes, habría boicoteado sistemáticamente su trabajo. La investigación, que también llegó a la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara, involucra casos de alto perfil como los de Arturo Char, Armando Benedetti y Piedad Córdoba.
Según Lombana, Reyes se habría extralimitado en sus funciones al asumir unilateralmente investigaciones durante licencias de otros magistrados, incluyendo el expediente del exsenador Arturo Char, lo que generó retrasos y obstáculos en el desarrollo de los procesos. La magistrada afirma que sus proyectos fueron bloqueados y que los incidentes presentados en su contra tardaron meses en resolverse, afectando la continuidad de las investigaciones.
La disputa se agravó durante una sesión de la Sala de Instrucción el pasado 19 de diciembre, cuando Lombana denunció haber sido increpada por más de dos horas por Reyes, quien cuestionó su actuación en proyectos relacionados con la calificación del mérito probatorio de sumarios.
Además, Lombana señaló que las tensiones se trasladaron al personal de la Sala. María Camila Mejía, cercana a la magistrada, denunció un trato grosero por parte de la secretaria general, Adriana Hernández Aguilar, vinculada a Reyes, incluyendo la revisión no autorizada de su dispositivo móvil durante labores administrativas.
El caso pone en evidencia las fuertes tensiones internas en la Corte Suprema de Justicia, en un contexto de investigaciones de alto perfil que han tenido resonancia nacional. Los cuestionamientos sobre la actuación de Reyes y el retraso en los expedientes resaltan la necesidad de revisar la dinámica interna de la Sala de Instrucción y garantizar la independencia y el buen funcionamiento de la justicia en Colombia.











