El presidente Gustavo Petro volvió a improvisar en un cargo clave del Gobierno: designó como ministro de Justicia encargado al actual secretario de Transparencia, Andrés Idárraga, luego de que el exmagistrado César Tulio Valencia rechazara la nominación por problemas de salud.
El episodio evidencia, una vez más, la falta de claridad y solidez en las decisiones del Ejecutivo, que no logra consolidar un liderazgo estable en una de las carteras más sensibles del Estado. Idárraga, cercano al círculo político del presidente, asumirá temporalmente mientras Petro intenta —otra vez— encontrar un ministro en propiedad.
El Ministerio de Justicia acumula inestabilidad, cambios y nombramientos fallidos, reflejando el desorden interno y la improvisación que se han vuelto marca de la casa en este Gobierno.













