Durante su intervención en el Congreso Nacional de Distribuidores Minoristas de Combustible, el ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, fue abucheado por los asistentes luego de referirse al decreto que busca suspender el subsidio al diésel para vehículos de alta gama, una medida que, según el propio funcionario, sería expedida en los próximos días.
El rechazo del auditorio reflejó el creciente malestar del sector frente a las políticas del Gobierno Petro, que —lejos de ofrecer soluciones— han generado incertidumbre y golpeado directamente al transporte, la producción y los consumidores.
El ministro intentó justificar la decisión argumentando que el subsidio debe concentrarse en los sectores más vulnerables; sin embargo, sus palabras fueron recibidas con silbidos, reclamos y gestos de desaprobación.
El episodio se suma a una larga lista de desencuentros entre el Gobierno y el gremio de combustibles, que advierte sobre los efectos económicos que tendría eliminar o modificar los subsidios sin una planeación seria.
Una vez más, la desconexión entre el discurso oficial y la realidad del país quedó en evidencia.













