Las escenas de caos y vandalismo en Bogotá vuelven a encender las alarmas. Mientras las llamadas “fuerzas pro gobierno” toman las calles a punta de violencia, la pregunta inevitable es: ¿quién gobierna realmente la capital?
El concejal Daniel Briceño lo dijo sin rodeos: “Rechazamos el vandalismo en Bogotá de fuerzas pro gobierno. No permitiremos que con miedo vuelvan a apoderarse de la ciudad. Le exigimos a la alcaldía actuar con contundencia, utilizando la fuerza del Estado en favor de la ciudadanía”.
Y tiene razón. Los bogotanos de bien no pueden ser rehenes de minorías violentas que buscan imponer su agenda a garrote. La alcaldía tiene la obligación de responder con firmeza: orden, autoridad y respeto por la ley, no tibiezas ni silencios cómplices.
El miedo no puede volver a ser la política oficial de la capital.