Mientras la Policía pasa por una escasez de generales y coroneles, conoció que el presidente Gustavo Petro tiene amarrados los ascensos de cientos de oficiales y está provocando un golpe en la moral de los uniformados. Así lo prueban impactantes documentos y testimonios suministrados por las personas que aspiran a escalar en la pirámide del poder: tenientes, capitanes, mayores y tenientes coroneles.
“Es la primera vez en la historia que un presidente no firma a tiempo los ascensos de la Policía”, reconoció un alto mando de la institución que ha tenido que responder los intensos reclamos de sus subalternos. Ellos juiciosamente superaron los filtros de seguridad, completaron los cursos y esperaban que el primero de junio el jefe de Estado diera el visto bueno a los decretos que dan vía libre a las promociones de los cargos.
Más de 600 uniformados llevan aguardando siete semanas por la firma de Petro para asumir las nuevas funciones. Al parecer, esto no solo está comprometiendo la situación económica y la moral de los oficiales, sino que también estaría desencadenando efectos en la estabilidad del mando, que ahora tiene en sus filas la menor cantidad de coroneles y generales de los últimos 15 años, según datos de la Policía.
Los cientos de uniformados no han recibido información oficial de la institución. “Hemos preguntado y nadie dice nada, solo hemos tenido rumores e hipótesis, como que al presidente le molestan algunos nombres y que la Dirección de Inteligencia está haciendo más verificaciones, respondiendo a las supuestas dudas del presidente”, le mencionó a uno de los 240 capitanes que aspiran a ser mayores.
