En medio de la concentración en el histórico Paseo Bolívar, el presidente Gustavo Petro protagonizó un encendido discurso en apoyo a la consulta popular y sus reformas sociales. Acompañado por el ministro del Interior, Armando Benedetti, y la directora del DAPRE, Angie Rodríguez, el mandatario llegó con cinco horas de retraso a la capital del Atlántico, donde realizó una ofrenda floral al Libertador Simón Bolívar.
La atención se centró momentáneamente en la corona de flores que dejó el presidente, adornada con la inscripción “República de Colombia”, un elemento tradicionalmente asociado con velorios en el país. Justo al pie de la estatua de Bolívar se leía un grafito pintado en rojo: “¡Todo el poder pa’l pueblo!”. El gesto provocó una expresión de asombro en el ministro Benedetti, que no pasó desapercibida.
Durante su intervención, Petro recordó la figura del Libertador, destacando su legado y la conexión histórica del Caribe con los ideales de libertad. “Los seres humanos que luchan por la libertad son inolvidables”, afirmó.
Sin embargo, el momento más contundente del evento llegó cuando el presidente arremetió contra los congresistas que votaron en contra de la consulta popular en el Senado la semana pasada. “No vamos a votar por los verdugos del pueblo, que compran votos. No vamos a votar nunca más por los que compran votos y luego se convierten en verdugos de los votantes”, sentenció con vehemencia.
Petro no dudó en nombrar a cada uno de los senadores que, según él, traicionaron al pueblo del Caribe: Antonio Zabaraín, Mauricio Gómez, Carlos Meisel, Honorio Henríquez, Carlos Farelo, Betsy Pérez y Efraín Cepeda. “No votaron contra Petro, votaron contra el pueblo caribeño”, enfatizó.
El presidente fue más allá al ordenar públicamente a la Policía Nacional actuar contra las redes de compra de votos: “Se les acabó el jueguito. La Policía tiene desde ya la orden de destruir toda organización que se dedique a la compraventa de votos en Colombia”, declaró, advirtiendo que quienes participen en estas prácticas enfrentarán consecuencias legales.
En su discurso, Petro planteó una dicotomía tajante: “O elegimos verdugos o elegimos amigos del pueblo”. Y concluyó con una advertencia cargada de urgencia: “O cambiamos a Colombia o se nos desbarata entre la sangre de nuestros propios hijos”.
El evento en Barranquilla marcó un nuevo capítulo en la ofensiva política del presidente para movilizar a la ciudadanía alrededor de sus reformas sociales, mientras continúa denunciando lo que llama las prácticas corruptas de la política tradicional.
