En las últimas horas falleció en Bogotá Elí Mejía Mendoza, alias Martín Sombra, uno de los excomandantes más temidos de las extintas Farc, conocido por su rol como carcelero de secuestrados emblemáticos como Ingrid Betancourt y Clara Rojas.
El deceso se produjo en el Hospital El Tunal de la capital, aunque hasta el momento no se han precisado las causas de su muerte.
Martín Sombra fue capturado en 2008 y se acogió a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), donde aceptó su responsabilidad en graves delitos como el reclutamiento forzado de menores, la instalación de centros de cautiverio y crímenes de guerra cometidos durante el conflicto armado.
En 2020 volvió a ser detenido por su presunta participación en el secuestro del ganadero Samuel Estupiñán, ocurrido en Caquetá en 2017. Aun estando en procesos judiciales, generó gran polémica al declarar ante la JEP que la masacre de Mapiripán (1997), históricamente atribuida a paramilitares, fue en realidad ejecutada por una escuadra guerrillera bajo su mando.
El excombatiente confesó, además, que entrenó a niños y niñas para la guerra, incluyendo prácticas extremas como técnicas de combate cuerpo a cuerpo, manejo de comunicaciones, y hasta referencias a actos de canibalismo entre algunos grupos indígenas vinculados al conflicto, que más tarde matizó como un “malentendido”.
Martín Sombra fue catalogado por antiguos miembros de las Farc como un hombre “sanguinario y sin compasión”, temido incluso por sus propios compañeros de armas.
Con su muerte, se cierra un capítulo oscuro en la historia del conflicto armado colombiano, mientras aún están pendientes múltiples esclarecimientos ante los organismos de justicia transicional.