Sofy Casas
Son muchos los elementos que deben ser investigados en este entramado.
Dentro del macabro complot que se viene ejecutando en contra del expresidente Álvaro Uribe hubo un capítulo protagonizado, nada más y nada menos, que por la propia Corte Suprema de Justicia y miembros del CTI de la Fiscalía General de la Nación. Se trata de la mal llamada “chuzada por error”, que no es más que un burdo atropello a las garantías de Uribe.
En el año 2018, la Corte Suprema de Justicia se inventó de la nada que el número de teléfono de Uribe Vélez había sido aportado en otro expediente que cursaba dentro de la misma Corte por parte del exrepresentante a la Cámara Nilton Córdoba Manyoma, a quien estaban investigando, y sin más, interceptaron a Álvaro Uribe durante un mes (del 9 de marzo al 9 de abril de 2018). Lo escucharon durante este tiempo y, supuestamente, no se habían enterado de que quien hablaba todos los días, a quien en las llamadas le decían “presidente Uribe”, quien llamaba a su esposa por el nombre de Lina, a sus hijos por los nombres de Tomás y Jerónimo, quien hablaba de temas relacionados con el Centro Democrático, era Álvaro Uribe Vélez y no el exrepresentante del Chocó Nilton Córdoba Manyoma.
Este último negó y juró públicamente que nunca entregó dentro de su proceso el número de teléfono del expresidente. La trampa de la Corte quedó en completa evidencia. Es decir, la Corte Suprema, el máximo órgano de justicia en Colombia, utilizó otro expediente para escuchar ilegalmente a Uribe Vélez. Los responsables de esa salvajada son José Luis Barceló, exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia; Iván Cortés y Sandra Yepes, para entonces magistrados auxiliares y hoy muy acomodados en la Justicia Especial para la Paz (JEP), y el investigador del CTI de la Fiscalía Óscar Álvarez.
Manteniendo el atropello, la propia Corte Suprema de Justicia avaló y legalizó la interceptación ilegal y descarada efectuada por los miembros de la (in)justicia, en que hoy todos gozan de total impunidad. No avanza la Comisión de Acusaciones contra José Luis Barceló, quien —además de legalizador de chuzadas— también filtró a los medios de comunicación decisiones que tomaría en contra de Álvaro Uribe. Se lucía con la prensa bogotana insinuando que llevaría al expresidente a la cárcel y, no menos grave, fue delatado por el exparamilitar Juan Carlos ‘Tuso’ Sierra de, presuntamente, haberle ofrecido beneficios si hablaba en contra de Álvaro Uribe Vélez. Repito: el magistrado que investigó y montó el caso en contra del expresidente con impulsos del colectivo de abogados de Iván Cepeda, ofreció supuestos beneficios a un exparamilitar para que hablara en contra de quien él investigaba. Así lo dijo el Tuso Sierra en el programa Los informantes, de Caracol Televisión. Para hacer una interceptación telefónica debe existir una orden judicial, así lo hicieron para Nilton Córdoba, pero chuzaron fue a Álvaro Uribe: ¿dónde está la orden judicial para demostrar que fue legal la chuzada a Uribe?
Unión Barceló, Santos y Deyanira: como lo mencioné en mi columna del 6 de abril de 2021, el nombre de Deyanira Gómez vuelve a aparecer cuando el abogado que prestó servicios a su defensa, Héctor Romero, en un interrogatorio hecho por la Fiscalía en febrero de 2021, manifestó lo que podría ser uno de los hechos más graves en todo el entramado en contra de Uribe Vélez. Gómez tiene una hija producto de una relación con el señor Elver Penagos Tavera, del Frente 21 de las Farc. Con esto, ya serían muchas casualidades. Y como si fuera poco, el país también conoció, por boca del propio abogado de Deyanira, que quienes le ayudaron a salir del país fueron el gobierno de Santos, y —léase bien— el magistrado investigador de Álvaro Uribe y el dueño de anteriores irregularidades, José Luis Barceló.
¿Qué tiene que hacer el magistrado investigador relacionándose con una testigo y haciendo gestiones para sacarla del país? ¿Acaso, en teoría, el magistrado no tenía que investigar lo favorable o lo desfavorable contra Álvaro Uribe? ¿Cuál era el interés de Juan Manuel Santos y Barceló en sacarla del país? Esto demuestra que ya tenían concebido el resultado al cual querían llegar con el expresidente.
Otro dato importante en este entramado: en la declaración del exabogado de Monsalve, este también dice que Deyanira Gómez mantenía en permanente comunicación con Barceló, y que este le decía qué documentos presentar y cómo hacerlo.
Deyanira, en el año 2018, apareció “cableada” con micrófonos de la Corte Suprema de Justicia, tendiéndole una especie de trampa al abogado Diego Cadena, quien, si hubiese caído en ella, seguramente habría sido capturado en el mismo instante. La revista SEMANA hizo público el documento de la Corte Suprema de Justicia, firmado por el entonces presidente de la Corte, Luis Antonio Hernández Barbosa, el cual salió en Noticias Caracol en una entrevista exclusiva con Juan Roberto Vargas, presionando a la jueza encargada de decidir la preclusión del caso, y en la que dijo que la defensa de Uribe y la Fiscalía hacían equipo. También firmaron el magistrado investigador José Luis Barceló y el magistrado Fernando Alberto Castro Caballero, autorizando la peculiar grabación al abogado Cadena.
Cierro no sin antes decir que son muchos los elementos que deben ser investigados en este entramado: Deyanira relacionada con miembro de las Farc, Deyanira relacionada con miembro de inteligencia, Deyanira relacionada con José Luis Barceló, Deyanira relacionada con el “testigo estrella” Monsalve y Deyanira relacionada con gobierno Santos. ¿Por qué la Fiscalía no investiga esto?
Ñapa: el exabogado de Deyanira Gómez y con quien tiene un parentesco, Héctor Romero, en un interrogatorio el pasado 3 de marzo, confirmó que ingresó el reloj espía a la cárcel La Picota por petición de la misma Deyanira. Gómez había dicho que ese reloj lo compró ella. ¿Un reloj espía se compra en la calle como cualquier reloj común? ¿Quién le dio el reloj espía a Deyanira? ¿La Corte Suprema de Justicia? ¿Barceló? Por otra parte, Romero confesó en este interrogatorio que nunca tuvo conocimiento de que Diego Cadena le ofreciera dinero al “testigo estrella” de Iván Cepeda, Monsalve.
Sofy Casas