La decisión de Estados Unidos de retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo ha generado una fuerte polémica en el ámbito político internacional. Mientras el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el partido Comunes –conformado por exguerrilleros de las FARC– celebraron la medida, el líder del partido español Vox, Santiago Abascal, lanzó duras críticas contra el mandatario colombiano.
“Celebramos esta decisión e insistimos en la urgencia de levantar el bloqueo. Cuba nunca debió estar en esa lista”, publicó el partido Comunes en su cuenta oficial de la red social X. Petro, por su parte, felicitó al presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, por su disposición al diálogo con América Latina. “Levantar bloqueos, así sea parcialmente, es un gran avance”, señaló el líder colombiano.
Sin embargo, las declaraciones de Petro no pasaron desapercibidas para Abascal, quien calificó su postura como un apoyo directo a regímenes totalitarios. “Gustavo Petro alaba toda medida tendente a fortalecer la dictadura y a otras fuerzas terroristas y liberticidas, a las que apoya como sus aliados naturales”, afirmó el dirigente de Vox en un mensaje en X.
Abascal también criticó lo que denominó como “complicidades interesadas” de Occidente hacia gobiernos como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Según el líder ultraconservador, estas naciones solo podrán alcanzar la libertad cuando se rompan estos vínculos.
Además, aprovechó para elogiar la inminente llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. “Es un motivo más para acoger, con la mayor de las esperanzas, su regreso a la Casa Blanca”, declaró.
Abascal viajará próximamente a Washington D.C., invitado por el equipo del presidente electo para asistir a su investidura. Una invitación que, hasta el momento, no ha sido extendida al presidente colombiano.
La decisión de Biden de retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo fue anunciada como un gesto de buena voluntad, orientado a facilitar la liberación de personas detenidas injustamente, según fuentes del gobierno estadounidense. La medida se produce a tan solo días de la toma de posesión de Trump, en un contexto de transición marcado por tensiones y posturas divergentes sobre la política hacia América Latina.