A través del impuesto de valorización se recogió la plata para la obra que Peñalosa inició, Claudia López adjudicó y con casi 2 años de retraso se estrenó.
En 2013, durante la administración del exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro, decenas de bogotanos le pagaron al Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) miles de pesos por las obras de ampliación de la Avenida Boyacá desde la Calle 170 hasta la Calle 183 que se construirían por el sistema de valorización.
En el momento, el IDU estaba dirigido por el exministro de Transporte, William Camargo y el cobro de la contribución por valorización había sido aprobado por el Concejo de Bogotá a través del Acuerdo 523 del 8 de julio de 2013 para ejecutar un paquete de 7 obras que mejorarían la movilidad en el norte de la ciudad.
En ese paquete se incluyó el tramo de la ampliación de la Avenida Boyacá o Avenida San Antonio que requería una inversión de $304.306.712.046 millones. La Administración del hoy presidente, Gustavo Petro, empezó a recaudar la contribución.
Las obras debieron empezar en el gobierno del alcalde Enrique Peñalosa. Esa administración dejó estructurado el proyecto que le correspondió adjudicar a la alcaldesa Claudia López. Debió ser entregado y estar en funcionamiento al término de su gobierno en 2023, pero la infraestructura quedó inconclusa.
Cuando llegó el alcalde Carlos Fernando Galán al Palacio de Liévano en enero de 2024, recibió el proyecto con un 47 % de avance, ordenó al IDU acelerar las obras y 11 años después de cobrada la valorización a los residentes de la zona de influencia, se puso en funcionamiento el esperado corredor vial desde la Calle 170 hasta la Calle 183 con Avenida Boyacá, costado occidental en sentido norte sur y sur norte.
Una obra clave para descongestionar el norte de Bogotá
La puesta en funcionamiento de este tramo de la Avenida Boyacá, entre las Calles 170 y 183, sin duda alguna descongestionará el norte de la ciudad y la Localidad de Suba que suele permanecer embotellada en horas pico y tiene un alto flujo vehicular.
Por esta troncal circularán a diario más de 4.500 vehículos como carros, buses, camiones, automóviles y motos en horas pico. Unos 1.800 carros transitan hacia el sur de la ciudad y más de 2.640 vehículos circulan del sur hacia el norte de la capital.
El costo total del proyecto, según el alcalde Carlos Fernando Galán Pachón, incluida la interventoría, superó los $82.450 millones y beneficiará a los habitantes del norte y occidente de Bogotá.
La ampliación de la Boyacá desde la 170 hasta la 183 incluyó 4 calzadas con dos carriles mixtos cada una, ciclotruta y más de 22 mil metros cuadrados de espacio público construidos para el disfrute de los ciudadanos.
Cabe anotar que, durante la vigencia de 2023, la Procuraduría General de la Nación inició un proceso de vigilancia preventiva a la ejecución de las obras de valorización incluidas en el Acuerdo 523 de 2013 y el Acuerdo 724 de 2018, donde quedó en evidencia que el proyecto tuvo muchas modificaciones y unos porcentajes de avance muy bajos.
Frente las obras contenidas en el Acuerdo 523 de 2013, que incluyó la ampliación de la Avenida Boyacá desde la Calle 170 hasta la Calle 183, la Procuraduría dijo que solo el 55 % de las obras aprobadas habían sido entregadas, 36 % de las obras presentaron un porcentaje de ejecución inferior al 51 % y respecto al 9 %, no encontraron datos sobre su ejecución.
En su momento, la Procuraduría expresó temor ante la eventualidad de que las obras quedaran inconclusas y los proyectos terminaran en un grave detrimento patrimonial.
En febrero de 2024, el mismo IDU dijo que en Bogotá había obras de valorización con tramos atrasados en un 69 % de acuerdo con el cronograma estipulado y dichos retrasos podrían generar sobrecostos en la culminación de las obras, lo que afectaría aún más a los ciudadanos esperanzados que pagaron la contribución por valorización.