En una entrevista exclusiva con SEMANA, Ludmila Padrino, prima hermana del ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, habló desde el exilio sobre la delicada situación política en su país. Desde Estados Unidos, donde reside, Ludmila expresó su esperanza de que su primo reflexione y cumpla con el juramento que hizo como militar: defender a la patria y respetar la voluntad popular.
“Le pido que se ponga la mano en el corazón, que respete el juramento que hizo y recuerde que un soldado le debe lealtad a su patria, a su bandera, a su pueblo, no a un político, no a Nicolás Maduro ni a un sistema”, afirmó en tono contundente. Ludmila insistió en que los resultados electorales son claros y deben ser respetados. “Las actas hablan por sí mismas, ratifican la voluntad del soberano, y él, como militar, debe cumplir con eso”.
Una ruptura familiar marcada por la política
Ludmila reveló que no mantiene comunicación con su primo desde 2019, tras la Operación Libertad, un movimiento que buscó restaurar la democracia en Venezuela. Según explicó, sus llamados públicos a Vladimir a apoyar esta causa provocaron un distanciamiento que aún persiste. “No hablo con él personalmente desde 2012 y solo tuvimos contacto telefónico hasta 2019. La exposición de nuestras ideas públicas cerró los canales de comunicación”, contó.
A pesar de la distancia, la familia sigue insistiendo en acercarse al ministro. “Mi papá, Jesús María Padrino, quien es su padrino de bautizo, boda y de una de sus hijas, también le hizo un llamado en 2019. Nosotros, los pocos familiares que quedamos, seguimos insistiendo, pero él cortó vínculos”, lamentó.
«Estoy con María Corina Machado y Edmundo González»
Ludmila, quien apoya abiertamente a líderes de la oposición como María Corina Machado y Edmundo González, expresó su confianza en una transición democrática liderada por ellos. “Tengo fe en nuestros líderes; han demostrado eficiencia e inteligencia. El pueblo confía en ellos y estoy convencida de que tienen una estrategia definida para no exponer más a nuestra gente”, aseguró.
Sobre su propia experiencia, relató que dejó Venezuela en 1994, cuando la situación política comenzaba a deteriorarse. “Salí de Venezuela cuando éramos felices y no lo sabíamos. Mis padres emigraron en 2012, y desde entonces, la crisis no ha hecho más que empeorar”. Según Ludmila, las críticas públicas de su hermano Ernesto hacia Vladimir también trajeron problemas para su familia, quienes prefirieron no regresar al país por motivos de seguridad.
¿Es Vladimir Padrino peligroso?
Ante la pregunta de si considera a su primo un peligro, Ludmila fue cautelosa, pero clara. “No creo que él vaya directamente contra su familia, pero mi temor es hacia quienes lo rodean. Hay que ser claros: Vladimir tiene mucho poder, pero no es el único poderoso ni peligroso. Ha permitido que se cometan abusos, crímenes de lesa humanidad y que un régimen asesine a su pueblo. Es duro aceptarlo, pero es la realidad”.
Finalmente, Ludmila expresó su deseo de que su mensaje llegue a su primo. “No pierdo la esperanza de que me escuche. No voy a cansarme de hacerle este llamado. Él sabe que se debe al pueblo, no a Maduro. Todavía creo que puede recapacitar”.
El mensaje de Ludmila Padrino es una nueva señal del descontento que crece incluso en el entorno familiar de los principales líderes del régimen venezolano. En medio de la incertidumbre que vive el país, la voz de esta familiar disidente se suma al clamor de millones que exigen un cambio.
