Este viernes, 10 de enero, Nicolás Maduro se juramentó como presidente de Venezuela tras unas elecciones ampliamente cuestionadas por la comunidad internacional y sectores de la oposición venezolana. Acompañado por su esposa, Cilia Flores, y escoltado por un fuerte dispositivo militar, Maduro llegó a la Asamblea Nacional, ubicada en Caracas, para tomar posesión de su cargo.
En un acto marcado por el hermetismo y la tensión, Maduro saludó a simpatizantes y políticos, entre ellos el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, antes de ingresar al recinto. La ceremonia fue dirigida por Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, quien le tomó el juramento bajo un protocolo cargado de referencias históricas y políticas.
«Juro ante esta magna Asamblea Nacional, por la memoria eterna de Hugo Chávez y por el pueblo venezolano, cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes de la República», declaró Maduro, generando aplausos entre los asistentes.
Sin embargo, la juramentación se llevó a cabo en un contexto de denuncias de fraude electoral y acusaciones de represión contra los líderes opositores Edmundo González y María Corina Machado. Diversos países y organismos internacionales han calificado las elecciones como ilegítimas, aumentando la presión sobre el régimen.
A pesar de las protestas externas, Maduro continúa consolidando su poder, mientras Venezuela sigue enfrentando una crisis política y económica sin precedentes.
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