Este lunes, 6 de enero, el Congreso de Estados Unidos se reúne para ratificar oficialmente el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales, un evento marcado tanto por las estrictas medidas de seguridad como por las adversas condiciones climáticas que afectan a gran parte del país. A pesar de la amenaza de una intensa tormenta invernal que cubre desde Kansas hasta Nueva Jersey, el proceso democrático avanza con normalidad, lejos de los tumultos que caracterizaron la misma fecha en 2021.
Máxima seguridad en el Capitolio
La sede del Congreso se encuentra bajo un nivel de seguridad sin precedentes. Altas vallas negras rodean el complejo como un recordatorio de los eventos de hace cuatro años, cuando una multitud de seguidores de Trump, alentada por el entonces presidente, irrumpió violentamente en el Capitolio en un intento fallido por revertir su derrota electoral. Esta vez, las autoridades no esperan disturbios ni objeciones significativas durante la certificación.
Incluso los principales líderes republicanos, que en 2020 apoyaron las teorías infundadas de fraude electoral de Trump, han aceptado sin reparos el resultado de este ciclo electoral, en el que Trump venció a Kamala Harris con una contundente mayoría en el Colegio Electoral (312-226). Por su parte, los demócratas han reconocido la decisión de los votantes, aunque expresan preocupación por lo que significa este retorno para la democracia estadounidense.
«Ya sea en medio de una tormenta o no, estaremos en esa cámara asegurándonos de que el proceso se lleve a cabo», afirmó Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, en declaraciones a Fox News.
Un proceso marcado por la memoria de 2021
El ambiente solemne de esta jornada no puede desligarse de los ecos del 6 de enero de 2021. En aquella ocasión, los legisladores se vieron obligados a huir mientras los asaltantes recorrían los pasillos del Capitolio. Este lunes, las tradicionales cajas de caoba que contienen los certificados electorales de los estados serán trasladadas con cuidado, un gesto simbólico que resalta la resiliencia de las instituciones democráticas.
Kamala Harris, vicepresidenta saliente, presidirá la certificación y declarará su propia derrota, en un acto que recuerda momentos históricos similares, como los de Al Gore en 2001 o Richard Nixon en 1961. Harris ocupará el mismo estrado desde el cual, hace cuatro años, la entonces presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, fue evacuada de emergencia.
Preocupaciones sobre el futuro de la democracia
Aunque la jornada parece encaminarse a un desarrollo pacífico, analistas y organizaciones como Protect Democracy advierten sobre los riesgos de este regreso de Trump al poder. Ian Bassin, director ejecutivo de la organización, señaló que es «históricamente sin precedentes» que un país democrático reinstale a un líder que previamente se negó a aceptar una derrota electoral.
Por su parte, el presidente saliente Joe Biden describió el 6 de enero de 2021 como «uno de los días más oscuros en la historia estadounidense». Aunque expresó su esperanza en la recuperación de la normalidad democrática, destacó que lo ocurrido hace cuatro años sigue siendo una advertencia para el futuro.
Tormenta invernal paraliza el centro y este de EE. UU.
Mientras el Congreso lleva a cabo su sesión, una masiva tormenta invernal afecta a una docena de estados, desde Kansas hasta Nueva Jersey. Según el Servicio Meteorológico Nacional, más de 60 millones de personas enfrentan condiciones extremas, que incluyen nevadas intensas, vientos huracanados y posibles tornados en el sur del país.
El sistema ha provocado la cancelación de cerca de 2.200 vuelos y retrasos en otros 25.000, según FlightAware. Kansas y Misuri enfrentan ventiscas severas, mientras que los estados del este están cubiertos por varios centímetros de nieve.
Pese a las adversidades, los legisladores avanzarán con el proceso de certificación, demostrando una vez más la fortaleza de la democracia estadounidense frente a desafíos tanto internos como externos.
