El hogar es el primer espacio de formación y aprendizaje para los niños. Lo que no se enseña en casa, como valores, límites y responsabilidades, lo termina enseñando la vida, muchas veces de maneras más duras y menos comprensivas.
La crianza basada en el diálogo, la disciplina y el ejemplo no solo prepara a los hijos para enfrentar los desafíos del mundo, sino que también les brinda herramientas para desarrollarse de manera íntegra. Ignorar esta responsabilidad puede derivar en consecuencias que no solo afectan al niño, sino también a quienes lo rodean.
¿Estás formando a tu hijo para el éxito o dejándolo a merced de las lecciones más implacables de la vida?