La Corte Penal Internacional (CPI) ha emitido órdenes de detención contra Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel; Yoav Gallant, exministro de Defensa; y Mohammed Deif, líder militar de Hamás. Este paso histórico ha desatado un intenso debate global. Para entender las implicaciones de esta decisión, Carlos Arévalo, decano de Derecho de la Universidad de La Sabana y experto en derecho internacional, analiza los principales puntos.
¿Qué implica la orden de arresto?
Según Arévalo, las órdenes reflejan que los jueces de la Sala de Cuestiones Preliminares encontraron pruebas suficientes para considerar que los acusados cometieron delitos bajo la jurisdicción de la CPI. Esto marca el inicio formal de procesos individuales, dejando atrás las investigaciones contextuales. La Fiscalía y la Sala consideran que las evidencias presentadas demuestran presuntos crímenes de guerra y lesa humanidad.
Entre los cargos preliminares contra Netanyahu y Gallant figura el uso del hambre como arma de guerra, privando intencionadamente a la población de Gaza de alimentos, medicinas y suministros esenciales, en violación de los Convenios de Ginebra.
¿Qué restricciones enfrentan los acusados?
Las órdenes limitan principalmente su movilidad internacional. Los Estados parte del Estatuto de Roma están obligados a detener a los acusados si ingresan a su territorio y enviarlos a La Haya. Aunque Netanyahu mantiene poder político, su situación como investigado por crímenes graves podría generar presión interna y externa.
¿Qué papel juega el carácter secreto de las órdenes?
La naturaleza confidencial de estas órdenes busca proteger a las víctimas y a quienes contribuyen con pruebas, especialmente en casos con figuras de alto perfil. Esto es una práctica habitual en el marco de la CPI.
¿Qué impacto tiene esto para Hamás?
En el caso de Mohammed Deif, líder militar de Hamás, la CPI lo acusa de crímenes de guerra y lesa humanidad, incluidos asesinatos, torturas y violencia sexual. Aunque se presume su muerte, su orden de captura envía un mensaje claro contra las prácticas de grupos terroristas.
¿Qué precedentes existen?
Netanyahu no es el primer líder en enfrentar cargos en la CPI. Casos similares incluyen el de Omar al-Bashir, expresidente de Sudán, y Vladimir Putin, acusado de crímenes de guerra en Ucrania. La CPI busca demostrar que nadie está por encima de la justicia internacional, sin importar su posición política.
¿Qué sigue para Netanyahu?
El próximo paso será la audiencia de confirmación de los cargos. Sin embargo, si los acusados no se presentan, el proceso quedará estancado. La cooperación internacional será clave para que las órdenes de detención se ejecuten y se avance hacia un juicio.
La decisión de la CPI tiene implicaciones más allá del ámbito judicial, enviando un mensaje político contundente: los crímenes atroces no quedarán impunes, independientemente de la posición o el poder de los responsables.
