El reciente traslado de una oficial del Comando de Policía del Municipio de Monterrey al Municipio de Aguazul, al parecer por presuntas acciones de acoso que venía siendo sometida por un funcionario de la administración municipal genero todo tipo de reacciones pero antes que nada la exigencia ciudadana que se haga claridad sobre el asunto
En efecto el caso que se registró en medios desde el martes anterior genero todo tipo de comentarios, pero antes que nada molestia e indignación entre la gente por la forma como la administración regiomontuna pretendió opacar el hecho, ahora que el mismo ha trascendido es hora que el alcalde de esa localidad asuma la responsabilidad como jefe y explique lo ocurrido, las cosas no se solucionan con un traslado o un renuncio.
La situación que está ya en manos de la administración de justicia debe llegar a su fin pues el acoso sexual en una mujer sin importar su condición debe ser castigada y más aún cuando esta proviene desde un funcionario público que por el contrario tiene que dar ejemplo de rectitud y un alcalde no prestarse para este tipo de ocultamientos