En medio de una creciente preocupación por la escasez de agua que enfrenta Bogotá, nuevas revelaciones apuntan directamente a la exalcaldesa Claudia López. Según denuncias del concejal Daniel Briceño del Centro Democrático, López sabía desde hace siete meses sobre el riesgo de una severa sequía en la capital colombiana. A pesar de estas advertencias, la administración de López no tomó acciones efectivas para mitigar la crisis hídrica.
En un debate de control político, Briceño reveló que la exmandataria destinó la asombrosa cifra de $8.500 millones de pesos colombianos exclusivamente para promocionar su gestión a través de campañas publicitarias. Estos fondos, que podrían haber sido utilizados para implementar medidas preventivas ante la escasez de agua, fueron canalizados hacia la autoexaltación de su administración.
Las críticas no se han hecho esperar, señalando que mientras López gastaba recursos públicos en promover su imagen, la ciudad enfrentaba un riesgo inminente de racionamiento de agua debido a la baja en los niveles de los embalses. Expertos en gestión pública y medioambiental han cuestionado la priorización de la publicidad sobre las necesidades básicas de los bogotanos, subrayando la falta de liderazgo en un momento crucial para la ciudad.
Hasta el momento, Claudia López no ha emitido declaración pública respecto a estas acusaciones. Sin embargo, el debate sobre la ética y la responsabilidad de los líderes políticos frente a las crisis ambientales y de servicios públicos continúa en el centro del escenario político de Bogotá. Los ciudadanos y grupos ambientalistas demandan transparencia y rendición de cuentas por parte de las autoridades electas para garantizar la seguridad y bienestar de la población.