En un contundente y preocupante mensaje dirigido al presidente Gustavo Petro, alias «Calarcá», líder de las disidencias de las FARC, declaró que su grupo no dejará las armas. En su comunicado, el comandante insurgente argumentó que la desmovilización es inviable debido a los incumplimientos del Estado en el proceso de paz de 2016. Esta declaración supone un serio desafío a los esfuerzos del gobierno por alcanzar una paz duradera y plantea interrogantes sobre la viabilidad de los diálogos actuales.
Las disidencias insisten en que, sin garantías adecuadas y cumplimiento pleno de los acuerdos anteriores, no cesarán sus actividades armadas. La postura de «Calarcá» refleja un clima de desconfianza y escepticismo frente a las promesas del gobierno, poniendo en riesgo la estabilidad y seguridad en varias regiones del país. La negativa de las FARC a desarmarse subraya la necesidad de un enfoque renovado y más efectivo por parte del gobierno para abordar las causas profundas del conflicto y garantizar la implementación de los acuerdos de paz.
